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Será difícil llegar a entender algún día, cómo es posible que los libros de texto que guían la enseñanza de este, nuestro sistema español del siglo XIX, estén tan cargados de vidas personales de hombres «célebres» y cuenten con una casi nula presencia de mujeres y con una total ausencia de personajes históricxs LGBTI.
Una gran admiración nos ha despertado siempre Encarnación Aragoneses Urquijo o, para ser más precisas aún, Elena Fortún, la mujer que se ocultaba, vivía y luchaba tras la primera. En su día, desde Lyceum Club Femenino, presentamos a Elena a través de Celia, y un artículo titulado Encarna y Elena: esposa y escritora e introducíamos a la autora de Celia así:
Encarnación Aragoneses Urquijo, así se llamaba la mujer de carne y hueso que habitaba tras la figura de Elena Fortún. Encarnación nació en Madrid en 1885 y su vida estuvo marcada por la tragedia: la muerte temprana de su hijo Bolín, de 10 años, una Guerra Civil que la obligó al exilio, y un exilio que le costaría el suicidio de su marido en Buenos Aires, en 1948. Pero, sobre todo, estuvo marcada por su amor a l@s más peques de los hogares, y a las letras. La combinación de ambas debilidades tuvo como resultado el mundo de Celia, quien cobró vida en 1928, tras la muerte de su hijo pequeño.
En febrero de 2015, salió a la luz un libro que rendía justicia a una mujer que tanto legado personal, cultural y político nos dejó. Sería el libro más comprometido que sobre ella se hubiera publicado antes, pero a la vez el más humano, ya que descubrir una parte importante de la identidad de Elena Fortún, de su manera de sentir y amar, nos ayuda a recomponer mucho mejor el puzzle de su vida, a acercarnos un poco a sus posibles rompecabezas y a intuir sus indudables satisfacciones y alegrías. El camino es nuestro, nos narra y desvela la relación de amistad y sentimental que existió entre Elena Fortún y Matilde Ras, considerada la principal experta europea de su época en grafología y cuya faceta literaria era desconocida hasta ahora. Esta antología recoge artículos de diversa índole, así como diarios y correspondencia de estas escritoras pioneras y comprometidas con los derechos de la mujer.
Tal y como afirmó en su día María Jesús Fraga, quien compilara los textos de ambas autoras –junto con Nuria Capdevilla-Argüelles, autora de la introducción– «ninguna [ni Elena ni Matilde] podría haber soñado en vida que casi un siglo después íbamos a estar nosotros haciendo un libro sobre ellas. Dándole sentido a su verdadera pasión».
Elena Fortún fue –y es en nuestra memoria– una mujer «republicana, feminista, lesbiana, autora de libros de niños, luchadora contra la prostitución y la crueldad contra los animales», así la define el periódico ABC en un artículo titulado ‘El amor imposible de Elena Fortún y Matilde Ras. El libro más clandestino de la autora de ‘Celia’ deja clara la postura abolicionista de Fortún, quien ya en 1927 se dirigía a sus compañeras mujeres emplazándolas en el mes de mayo de ese mismo año: «Une tu voz a las nuestras, y ayúdanos a abolir leyes odiosas y a salvar a la parte más miserable de nuestra sociedad».
El periódico EL PAÍS, en su artículo El revuelo femenino y cómo abolir la prostitución (Elena Fortún, 1926) rescataba unas cartas de Elena Fortún recogidas en el libro El camino es nuestro. Reproducimos aquí dos párrafos que son reveladores de su espíritu feminista:
Con estas mujeres, que tratan de serlo cumpliendo su alta misión de amor, hay otras más inconscientes o más infantiles, y así, en este revuelo femenino están el fox junto al mitin feminista, el mah-jong mezclado con la conferencia y el Club de Mujeres con el cigarrillo, el voto y el abolicionismo. No hay que desanimarse por ello; esta inquietud vibrante y nerviosa es siempre la que precede a las grandes determinaciones. Es la mitad del género humano, hasta ahora recluido en su hogar, el que quiere resolver los problemas para los que el hombre no ha encontrado solución.
¿No has visto, mujer, soltar palomas mensajeras? Suben muy alto y empiezan a dar vueltas y vueltas sobre el lugar de su partida; a veces se pierden, casi, en lo azul de los cielos, y vuelven después a bajar, desorientadas y aturdidas. Parece que van a caer, pero otra vez remontan el vuelo y tornan a dar vueltas y vueltas; hasta que, al fin, un instinto maravilloso les señala el camino en la inmensidad del espacio, y ya, seguras de la dirección, parten orientadas y decididas.
En abril de este año 2016 EL PAÍS nos sorprendía con una gran noticia: Celia cuenta la verdad de la guerra. Dicho artículo nos narraba la inminente aparición de «Celia en la revolución, el eslabón perdido de la saga de las historias de Celia». Elena Fortún escribió esta novela recién acabada la Guerra. Podríamos afirmar que estamos ante un relato autobiográfico y en él leemos a una Elena de profundas convicciones republicanas.
Que hayan tenido que pasar tantos años para que salga a la luz el verdadero espíritu y la verdadera esencia de una mujer tan conocida y reconocida como Elena Fortún nos produce sentimientos encontrados: por una parte, nos embarga el estremecimiento ante la soledad y el silencio en el que vivió Elena y al que fue sometida, la idea de ese armario de medidas incalculables en el que tuvo que vivir; y, por otra parte, la alegría de que por fin se le rinda justicia y la satisfacción y la complicidad que nos despierta el imaginarla escribiendo a escondidas, narrando su verdadera historia, legándonos su verdadera esencia y haciendo que su paso por el mundo no fuera en vano: Elena Fortún, en la clandestinidad de sus horas íntimas, a solas con ella misma y con su pluma, escribía para convertirse en nuestro referente.
Y de entre esa gran obra inédita, emerge en estos días Oculto Sendero. Tal y como señala su editorial Renacimiento, estamos ante
[una] novela inédita y testamento literario de Elena Fortún (1885-1952), [que] por fin sale a la luz. Fortún escribe esta autobiografía novelada durante su exilio en Argentina y la firma con el seudónimo de Rosa María Castaños. La protagonista es María Luisa Arroyo, pintora y antes niña que quería vestirse de marinero, alter-ego de la autora. El camino de su vida es el sendero hacia el entendimiento de su homosexualidad, camino que avanza parejo al conocimiento y realización del potencial artístico e intelectual de la protagonista. Tras una infancia narrada al más puro estilo Fortún, María Luisa Arroyo irá dejando atrás, como la creadora de la inolvidable Celia, los dictados de la feminidad convencional para adentrarse en una modernidad inevitable y también desgarradora. Ambientada en la España anterior a 1936, Oculto sendero ofrece un retrato único y necesario de la intimidad y la lucha de una mujer excepcional.
El pasado 26 de octubre de 2016 tuvo lugar la presentación de Oculto Sendero en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Con esta nueva publicación, esta vez no cae el telón: cae el armario, por fin, de Elena Fortún. Escuchemos la voz de Nuria Capdevilla-Argüelles –prólogo y edición– a través de una correspondencia mantenida con la escritora española Laura Freixas:
Hoy he acabado de editar Oculto sendero, la novela de Elena Fortún en que, por fin, ya muy tarde en la vida, ahonda en su difícil sexualidad, y en su historia del entendimiento de la misma. Las sobrinas de Tilde tienen clarísima la relación de su tía con Elena. Y tras leer mucha de su correspondencia y sus textos inéditos, a mí no me cabe tampoco la menor duda, no ya solo de sus preferencias sexuales, sino también de las dimensiones del armario en que se vio forzada a vivir, ese oculto sendero que es la vida verdadera. Elena se consideró “invertida”, y el pensamiento sobre la inversión y la androginia está muy presente en toda su obra, pero más en la inédita.
Hoy presentamos otra faceta más de la vida de esta gran mujer. Desde Lyceum Club Femenino, solo nos queda recomendarles su lectura y que disfruten tanto de ella como hemos hecho nosotras. Y a quienes son profesionales de la docencia, les pedimos encarecidamente que ejerzan su derecho y rindan justicia a Elena Fortún: transmitamos a nuestro alumnado su verdadera esencia e identidad.